lunes, 16 de mayo de 2011

Siempre hay una primera vez

Este es el primer texto que subo para este Blog. Me he decidido por él al fin. Es un texto un poco raro, espero que lo entiendan y saque sus interpretaciones que estoy en espera de ver tanto en los comentarios como sólo en el mail.
Sin más preámbulos, el texto (sin título):

El pez argente circunvala un diminuto orbe, orbe color niño por tradición, pequeña esfera que ilumina el cuarto blanco donde a oscuras anida. No está solo, cohabita con su especie que mantiene una actividad ambulante por su globo.  Todos al explayar de sus alas pican el aire, tal es la velocidad que sus extremidades logran.
Los peces, por lo tanto, aunque no sean masa, opacan el orbe obstruyendo su luz y volviéndola intermitente. Estas graciosas criaturas no son hijos de la calle, pertenecen y pertenecen amados. Un joven trémulo y precavido cuida de estos seres submarinos aéreos. No pasa jornada sin alimentarlos, o contemplarlos, o atenderlos, o mimarlos, los cela de este modo pues sabe que algún día vivirá sin ellos. Son tan dinámicos y vertiginosos en sus movimientos que, como pasa una ventisca así pasaran sus vidas.
Apoyado en esta premisa,  el joven vigila a sus peces con la frecuencia en que respira. Sus lágrimas chillan pues las cortinas de sus dos ventanas hacia el alma nunca han sido cerradas. El tiempo no hace prorroga, si existen cosas iguales, existen sólo frente al tiempo. El joven se convierte en adulto y su ofuscación no es socavada. El joven pudo haber cambiado, pero una simple pregunta se congeló en su mente para ser leída sin descanso. ¿Cómo morirán mis peces? ¿Qué sería de ellos después? Su tiempo no tenía la mayor ocupación no importara si sólo veía a las pequeñas bestias, se encargaba de ellas o de sí mismo, trataba de saciar esa incertidumbre.
Tenía que hacerlo tarde o temprano, tenía que despegar la vista de sus queridas mascotas.  Fue una sensible y fugitivo negro total de imaginarios segundos que destruyó toda su razón. Su final fue menos que la plenitud de un cero, cuando llegó ya no había algo, sólo nada.
El joven, ahora ya encima de todos esos años de vigilia  y espera, apenas y alcanzó a dividir sus labios, abrazados todo ese tiempo, para revelar escuetamente su pálida lengua. Así quedó el hombre con su ser desnuda, estático, pura potencia. Nada más. ¿Qué hizo en su vida? No se le ofrecerá un examen extraordinario.


Entonces...Aquí empezamos

Esta es la primera entrada a lo que yo espero sea un exitoso Blog donde se permita la expresión por medio del arte. Este espacio está dedicado principalmente a la literatura, a compartir con ustedes mis ideas y pensamientos que he tratado de moldear a forma de un texto literario, para que no solamente quedaran encajonados en unos bits de mi disco duro.
Sé que no soy un escritor, pero espero que gusten de leer mis textos y yo espero me muestren los suyos.
Rafael Alvazalez